Bullying

Bullying

El “Bullying” surge por la falta de empatía y respeto. Una de sus características es la repetición de burlas y agresiones, es decir, agresividad.

Autora: Sylvia Langford.

El "bullying" surge por la falta de empatía y respeto. Una de sus características es la repetición de burlas y agresiones, es decir, agresividad.

La agresividad son conductas o actitudes violentas para hacer daño o lograr un objetivo, es decir, una "pataleta" fuera de control. Recordemos que una "pataleta" es una conducta o actitud inadecuada para conseguir un objetivo, pero se diferencia de la agresividad porque no necesariamente hace daño.

Es decir, el "bullying" y las "pataletas" son problemas conductuales por falta de formación de buenos hábitos basados en valores.

¿Qué son los valores?

Son acuerdos universales que rigen nuestras actitudes y conductas, definiendo la forma en que debemos actuar o interactuar. Se deben practicar en todo momento para que se conviertan en un hábito y sean parte de nuestra forma de pensar, sentir, hablar y actuar.

Hoy en día, el bullying no solo es un problema en los colegios, sino que también existe en el hogar. Debemos tomar conciencia de que muchas veces dañamos verbal, física y psicológicamente a nuestros hijos con pensamientos, palabras y actos.

Entonces, ¿es bullying cuando los padres agreden a sus hijos? Sí lo es. Los padres muchas veces maltratan verbal y psicológicamente a sus hijos, lo justifican bajo el "paraguas" del amor, sin tomar conciencia de que las palabras construyen la realidad.

Todo comienza en casa. Si los padres no están conscientes de las cosas que le dicen a su hijo, no se puede pedir al hijo que sea empático con otros niños.

Recordemos lo que Mahatma Gandhi dijo:

"Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras.
Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos.
Cuida tus actos, porque se convertirán en tus hábitos.
Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino".

Las palabras pueden ayudar a crecer o limitar. Es importante elegir las palabras cuidadosamente antes de hablar y tener conciencia de sus consecuencias. Y muchas veces la mejor decisión es no hablar.

Autora: Sylvia Langford.